justicia despues de 30 años
Señor, Dios justo y verdadero, me presento ante tu tribunal porque tú eres nuestro juez, legislador y rey, y solo tú nos puedes salvar. Has prometido defender al afligido, por eso pongo mi caso en tus manos, confiando en que Jesús, nuestro abogado y juez justo, juzgará con equidad. Tu Palabra dice que es justo afligir a los que afligen y dar reposo a los atribulados. Por eso, Señor, reclamo que todo mal hecho, toda justicia torcida, todo derecho negado y toda deuda sin reparar por parte de la Clínica San Francisco Tuluá, los inspectores de policía, curadores, personeros, secretarios de planeación y movilidad, y sus colaboradores, recaiga sobre sus propias cabezas, conforme a tu justicia, porque el impío será atrapado en las obras de sus manos. Declaro conforme a tu Palabra que cuando ellos comparezcan a juicio salgan culpables, que Satanás esté a su mano derecha acusándolos, y que sus propias palabras los condenen delante de ti y de los hombres. Haz que caigan en el lazo que ellos mismos tendieron, porque así está escrito. Que las almas que hoy penan en la casa de la Carrera 35 No. 26-26 y colindantes, salgan de sus lugares y se adhieran al gerente de la clínica y a los funcionarios responsables; que estas almas se peguen a quienes han ejercido injusticia en su cargo, para que ellos sientan delante de Ti la consecuencia de sus obras. Que tus ángeles, desde hoy, se hagan visibles a ellas y les notifiquen por qué deben hacerlo, y que al recibir el fallo favorable y concretarse la compra de la casa, quede demostrada la razón de su quebranto. Que estas almas sean entonces conducidas bajo tu protección y descanso temporal, según tu voluntad. Oh Dios de las venganzas, muéstrate y levántate como juez de la tierra, da pago a los soberbios y a quienes nos han menospreciado. Tú escudriñas la mente y pruebas el corazón para dar a cada uno conforme a sus obras. Por eso clamo, como Nehemías clamó: “Oye, oh Dios, porque somos objeto de menosprecio; y vuelve el oprobio de ellos sobre su cabeza”. Haz que todo desprecio, burla y daño que hemos padecido en los derechos de petición se vuelvan sobre aquellos que cerraron sus oídos a la justicia. Desde hoy pido que ángeles tuyos, oh YHVH Tsebaot, sean enviados a la casa de la carrera 35 No. 26-26, y que rodeen a cada inspector, juez, gerente y miembro de la junta directiva. Que no puedan escapar de tu voz, que aun de noche les hables y sus conciencias sean quebrantadas. Que se sientan obligados a obrar con justicia, que reconozcan el derecho y se apresuren a reparar el daño. Que no tengan paz hasta que hagan lo correcto y que lo hagan conforme a lo que tú determines, y que la presión de tu Espíritu los conduzca a cumplir lo que delante de ti es justo. Señor, que todos coincidan en que la conciliación sea la compra de la casa por un valor igual o mayor a seiscientos cuarenta millones de pesos colombianos. Y que cada uno que interceda delante de ti por esta petición reciba un milagro estruendoso en su vida. Así lo dejo en tu tribunal, Abba Kadosh, confiando en que tu justicia es perfecta, y que lo que decreto en tu Nombre no volverá vacío, sino que obrará conforme a tu propósito eterno, Firmo esta oración delante de ti, Señor, Dijiste es tiempo de restitución Joel 2
Pastor. Diego Fernando Acosta Rizo.
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